Habeís visto en un catálogo de viajes playas paradisíacas lejanísmas, a precios imposibles? No os preocupeís, que aquí al lado tenemos alguna.
La de Oliva es una de esas playas que aún conservan sus dunas, donde desemboca algún que otro río o acequia que harán la delicia de nuestros hijos, donde todavía podemos contemplar la fauna autóctona y podemos encontrar tramos sin edificaciones, paseos marítimos ni ruidos.
PD.: guardarme el secreto, por favor....
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